El glutatión está presente de forma natural en prácticamente todas las células de nuestro cuerpo. Ningún otro antioxidante es tan importante como él. Regula y regenera las células inmunitarias y es el desintoxicante más eficaz del cuerpo humano. También desempeña un papel clave en la red antioxidante al reciclar las formas oxidadas de la vitamina C, restaurando así su poder antioxidante. Alcanza sus concentraciones intracelulares más altas en las células parenquimatosas (hepatocitos) del hígado sano, el órgano más involucrado en la desintoxicación de xenobióticos (sustancias extrañas). Aumentar sus niveles puede revertir el deterioro de la función inmunitaria asociado con la edad. Los glóbulos blancos, que constituyen la primera línea de defensa del sistema inmunitario, son responsables de su correcto funcionamiento. El L-glutatión es un tripéptido de azufre compuesto por tres aminoácidos: ácido glutámico, cisteína y glicina. Presente de forma natural en el organismo, se utiliza, en particular, para formar una de nuestras principales enzimas antioxidantes: el peróxido de glutatión.
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